Con tus diestras manos,
Cortaste las venas de mi corazón,
Desbordando en copas plateadas
Mi dolor, mi pena, mi aflicción
Y enlazamos nuestros brazos,
Nudo sagrado, casi inmoral
Y bebimos con largos sorbos
La sangre coagulada de mi esencia inmortal.
Yo ha mordidas corté las tuyas,
Y con mi boca llena de tu sangre,
Nos besamos hasta eliminar
Todo rastro de nuestros labios.
Danzamos al son de un momento,
Deteniendo el reloj que marca nuestras vidas,
Y la noche, vistiéndose de gala,
Se baño de luna, se hizo pura.
Nos embriagamos hasta el olvido
de mis penas, de tus nostalgias,
y fundimos con bromuro,
nuestros pasados, en un segundo.
Exorcizamos nuestras almas,
De todo lo pasado, de todo lo vivido,
Recogimos en nuestras manos
El cuerpo hoyado del pasado.
Y quemamos nuestras memorias,
Hoguera de recuerdos sollozantes,
Lagrimas, momentos, personas,
y entre risas sepultamos sus cenizas.
Hoy, somos libres, tu y yo,
Libres de un pasado tormentoso,
De momentos, que ahora, sepultados
Mueren ahogados en sus propios gemidos.
2005
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