
Perdoname
por Gabi O.
En un rincón, un alma destrozada en mil pedazos, solloza el desencanto, se va esfumando lentamente hasta perderse en lo tenue del aire y su cuerpo etéreo se hace corporal de tanto sufrimiento. Y duele, duele reconocer la culpa, esa que pesa más que un barco naufragado en el más profundo de los océanos. Arrastrar esta alma compungida, también cuesta demasiado, cadenas de estaño y cobre, que hieren mis manos, abonando mi tristeza, y ya no se cómo compensarla, no sirven las risas, las lagrimas, los amaneceres, nada le complace, nada le apetece.
Entiendo su pena, entiendo su dolor, aunque ella crea que no me duela, ser el verdugo que ejecuto esta sentencia, se come cada célula de mi cuerpo, roba el aire a mis pulmones y se ríe a carcajadas de mis lagrimas, ironía marcada, expuse
completamente mi alma y regresó profundamente lesionada, es mi falta, solo mía.
Quiero mirar sus ojos, pero ella, alma dolida, no levanta la cara, no quiere verme, no quiere ver nada, ha sellado sus oídos con arcilla y ya no escucha mi grito de perdón, ya no le importa, su cuerpo sin vida, yace en el asfalto caliente y se desintegran cada una de sus partículas al contacto con la realidad y el desasosiego, sigue muriendo de decepción, mientras ahora, ya nada puedo hacer por ella, ni siquiera acariciarla, ya no la tengo.
Anhelaría poder retroceder el tiempo, marcar los días al ritmo que ella aspire, que ella dicte, y protegerla a capa y espada, de tanta desilusión, de tanto dolor revestido de realidad, pero ya es tarde, no puedo, el reloj ha seguido su trabajo y hoy marca, que todo ha pasado, y ella llora, pero no me mira, anticipa su muerte, se entrega, quiere pasar por dormida, que ya no la fastidie.+
Ay alma mía, como quisiera no ser la culpable de esta pena que te hace presa, que te roba vida, que le quita el brillo a tus pupilas y se roba las sonrisas de tus labios, como quisiera haber sido más valiente, mas intuitiva, y defenderte cómo te lo mereces, no permitir que nada de esto hubiese pasado, que ni siquiera te hubieses enterado, perdóname alma mía, abrigar la culpa de ser tu asesina es mi peor castigo, y vivir con la sentencia de este dolor y sin tu perdón, no es vida.
10 de agosto 2009
12:40PM una de esas noches q se convirtieron en madrugadas...
Santo Domingo
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