lunes, 10 de agosto de 2009

Perdoname


Perdoname
por Gabi O.

En un rincón, un alma destrozada en mil pedazos, solloza el desencanto, se va esfumando lentamente hasta perderse en lo tenue del aire y su cuerpo etéreo se hace corporal de tanto sufrimiento. Y duele, duele reconocer la culpa, esa que pesa más que un barco naufragado en el más profundo de los océanos. Arrastrar esta alma compungida, también cuesta demasiado, cadenas de estaño y cobre, que hieren mis manos, abonando mi tristeza, y ya no se cómo compensarla, no sirven las risas, las lagrimas, los amaneceres, nada le complace, nada le apetece.

Entiendo su pena, entiendo su dolor, aunque ella crea que no me duela, ser el verdugo que ejecuto esta sentencia, se come cada célula de mi cuerpo, roba el aire a mis pulmones y se ríe a carcajadas de mis lagrimas, ironía marcada, expuse
completamente mi alma y regresó profundamente lesionada, es mi falta, solo mía.

Quiero mirar sus ojos, pero ella, alma dolida, no levanta la cara, no quiere verme, no quiere ver nada, ha sellado sus oídos con arcilla y ya no escucha mi grito de perdón, ya no le importa, su cuerpo sin vida, yace en el asfalto caliente y se desintegran cada una de sus partículas al contacto con la realidad y el desasosiego, sigue muriendo de decepción, mientras ahora, ya nada puedo hacer por ella, ni siquiera acariciarla, ya no la tengo.

Anhelaría poder retroceder el tiempo, marcar los días al ritmo que ella aspire, que ella dicte, y protegerla a capa y espada, de tanta desilusión, de tanto dolor revestido de realidad, pero ya es tarde, no puedo, el reloj ha seguido su trabajo y hoy marca, que todo ha pasado, y ella llora, pero no me mira, anticipa su muerte, se entrega, quiere pasar por dormida, que ya no la fastidie.+

Ay alma mía, como quisiera no ser la culpable de esta pena que te hace presa, que te roba vida, que le quita el brillo a tus pupilas y se roba las sonrisas de tus labios, como quisiera haber sido más valiente, mas intuitiva, y defenderte cómo te lo mereces, no permitir que nada de esto hubiese pasado, que ni siquiera te hubieses enterado, perdóname alma mía, abrigar la culpa de ser tu asesina es mi peor castigo, y vivir con la sentencia de este dolor y sin tu perdón, no es vida.

10 de agosto 2009
12:40PM una de esas noches q se convirtieron en madrugadas...
Santo Domingo
Decepcion
por Gabi O.

Entreabro un viejo libro, sus hojas amarillentas, me recuerdan el paso del tiempo, su cuerpo revestido de polvo, ratifica los años que han desfilado y durante los cuales, este libro que hoy desempolvo con mi falda, pacientemente espero su turno. No siento dolor en él, mucho menos sufrimiento, no hay lágrimas, no hay reclamos, no hay desilusiones, solamente y de nuevo, me regala sus letras. Recuerdo vagamente cuando lo coloqué decorativamente en este rincón, y supuse que con el paso de los días, en su momento acudiría de nuevo a sus verdades, pero no paso así, hoy, han pasado años desde la última vez que nos vimos, y sin remordimientos ni falsedades, me permite releer sus líneas. Naturaleza completamente distinta a la mía, un libro no espera, y como dijo Sylvia Plath “Si nunca esperas nada de nadie nunca te decepcionarás.”Envidio su sistema, su mecanismo de defensa, él espera nada y yo lo espero todo, el no se desilusiona, yo desenmascaro mi dolor ante cada decepción.Ideal sería, ser como este libro, sin ambiciones, sin estúpidas convicciones, sin sueños, sin metas, sin esperanza, pasar la vida sin esperar una flor, un abrazo, una lagrima, una sonrisa. Daria mi vida, porque mi naturaleza fuera realmente esa, y no esta realidad que me atormenta, esta que me roba suspiros, lagrimas, esa que me causa un dolor tan fuerte en el centro del pecho, que el mundo pareciera detenerse, y el aire no logra alcanzar mis pulmones, todo producto de desilusiones que con el paso del tiempo, no se detienen, monstruos mitológicos que se hacen enormes. Esperar, es parte de la precocidad de una muerte anunciada, es el vestíbulo de la decepción, es saber, que no puedes hacerlo, y sin embargo, te lanzas de cabeza, anhelando lo disímil de esta nueva situación, en un momento, crees en cuentos de hadas, en príncipes azules, en castillos encantados, y te aferras a esta experiencia con la ilusión rosa de que todo estará bien, de que tu mundo gira en la dirección correcta de que tus pies caminan por el más seguro de los suelos. Pero algo pasa, algo cambia, y tu mundo perfecto se va derrumbando palmo a palmo, y esquivas las torres de tu castillo encantado, que ahora son solo piedras asesinas que intentan acabar con tu vida, y el cuento de hadas se transforma en la peor de las pesadillas, y te das cuenta, de que todo era mentira.Una mentira creada por ti, recreada por perfectos actores que declaman memorizados guiones, actuando precisamente, como queria tu corazón, director ingenuo privando en catedrático, y te sigues envolviendo en este torbellino de mentiras, y falsedades, risas y besos, amores y atenciones, y llegas a creerte parte esencial de esta historia, y tu mundo es rosa, completamente rosa, hasta que con un tajo perfecto, el fango de la verdad recubre sus paredes y las tiñe de grises y de pronto te encuentras, sentada en la oscuridad, sola, mojada, adolorida, y tus lagrimas caen al suelo y convierten en lodo todo lo que te rodea, y limpias tu rostro buscando fuerzas, no mas lagrimas, pero tus manas manchadas, ensucian también tu cara de esta realidad que apesta.Y duele reconocer que pudiste haber evitado todo esto, que sabias que la mentira palpitaba más fuerte que tu corazón, que tus instintos gritaban mientras los ahogabas para no escuchar sus suplicas, los callaste, ahogando sus suspiros, hoy tienes que recogerlos uno a uno, tratando de revivirlos, quizás sea demasiado tarde, pero no hiciste caso, pudiste ser ese libro, y sin esperar, pacientemente pasar de la vida, sin sufrir, sin sentir, sin llorar, de la mano tienes la espera y el desencanto, sin embargo las ilusiones son persistentes, y te marean, te confunden, te idiotizan y te hacen caer nuevamente en esta espera que solo lleva a un camino de decepción y dolor, y cierras el libro, su titulo se burla de ti, "Lo Mejor de Tu Vida Esta Por Llegar"10 de agosto 2009Santo Domingo

martes, 4 de agosto de 2009

Corazón prisionero

Corazón prisionero
por Gabi O.
Cruzando husos horarios, sobrepasando las nubes
los fuertes rayos de un sol que ahora está más cerca,
me recuerda la luz y el tiempo, la perdida y el anhelo,
de no sentir como late un corazón sin deseo.

Un horizonte sin línea, enalteciendo el día
una infinidad azul, libre, imperecedera,
sin ataduras, que le impidan ser, sencillamente
el más inmortal de los espacios, el más azul de los cielos.

Blancas y espesas nubes, engalanan la escena
parecen estáticas, pero en movimiento,
creando una ilusión paralizada, ficticia,
son libres, aunque parezcan pintadas en un lienzo.

En lo incorpóreo de este momento, me detengo
Hoy, un corazón de cristal en mi cuello
me recuerda, simplemente eso, no siempre logramos
tener un corazón prisionero, aunque creamos que somos su dueño.

Olvidamos que nuestro corazón, puede estar aquí en el aire,
en lo etéreo del cielo, en lo infinito de este espacio.
Órgano libre, sin ataduras sin restricciones ni estúpidas convicciones
que va y viene, se queda y regresa, Norte, Sur, donde se le antoje

En ocasiones lo perdemos por meses, años,
irónicamente no lo extrañamos, tan egoístas llegamos a ser,
sin percatarnos, de que ha dejado un suplente
un motor automático, insensible, que marca un ritmo complaciente.

Aventurero de instinto, valiente soldado solitario,
que en ocasiones corre detrás de una emoción
nunca regresa solo, graves heridas de batalla lo marcan,
esas que dictan los nuevos acordes de sus latidos.

También puede ser cauto, resguardarse cohibido
muy dentro de este caparazón, que llamamos cuerpo
avisado por el instinto creado por esas marcas de guerra,
percibe la mortalidad de una situación, y decide no enfrentar.

Si, a veces esta en nuestro pecho, otras tantas,
flotando incorpóreamente en el espacio, ansiando
acariciar otras vidas, y en ese vaivén de sus aventuras
a veces no podemos respirar, afligidos al percibir la soledad.

Ahora un cristal pende de mi cuello, recordando a la realidad,
que también tengo un corazón, quizás un poco más bohemio.
le regalo completa libertad, solo le ruego que me envíe telegramas,
saber siempre su paradero, seguirle la pista, para no perderlo.

Sobrevolando Fl
Julio 2009